En el año de 1898 se trasladó a Aguascalientes,[1] en donde realizó sus estudios y conoció a Ramón López Velarde, Manuel M. Ponce y Saturnino Herrán.
Viajó a la Ciudad de México, en donde se estableció e inició su carrera como escritor y crítico literario.
[3]Su primer libro titulado Con la sed en los labios fue publicado en 1919 y la portada fue ilustrada por David Alfaro Siqueiros.
Más tarde se trasladó a Ciudad de México, donde desarrollo su profesión como escritor y crítico literario.
Por otra parte, instaló la Hemeroteca Nacional en la capilla de la Tercera Orden.