Jugaba como extremo y su último club fue el Cádiz CF, donde además ejerció como capitán.
Un año más tarde pasaría a la historia por ser parte del once inicial que devolvió al conjunto gaditano a la máxima categoría del fútbol español en Chapín, siendo víctima además del penalti que sentenciaba el encuentro y que se encargaría de transformar su entonces compañero Abraham Paz.
Tras jugar la temporada siguiente en Primera División, el extremeño fue testigo directo de la debacle del conjunto gaditano, viviendo 2 descensos en tan solo 3 temporadas y dando de nuevo con sus huesos en la Segunda División B.
En la temporada 2011-12, Enrique queda como unos de los pocos jugadores que repiten del ejercicio anterior, tras una profunda renovación del vestuario con 16 fichajes de gran nivel, aunque se dejó al jugador sin ficha federativa para jugar esa temporada.
El equipo en la temporada 2011/2012 fue campeón del Grupo IV de 2.ª B, pero no consiguió el ascenso a 2.ª División.