Enrique Guijo

Decepcionado por el hecho de que en la vetusta fábrica le ocultasen "los secretos del arte cerámica", se mudó al alfar trianero de Manuel Rodríguez, artesano generoso con quien Guijo hizo sus primeros trincheros, platos decorativos y demás cacharrería mezclando estilos renacimiento y barroco.

[9]​ A lo largo de sus años en Madrid, frecuente animador de las tertulias del café Granja El Henar, el Café Comercial, o el Café Español donde probablemente conoció al dramaturgo Manuel Machado, Guijó se relacionaría con personajes como el ceramófilo y farmacéutico Platón Páramo o el pedagogo y crítico Francisco Alcántara, con quien llegaría a trabajar en la creación de una escuela de cerámica y alfarería de la que luego fue profesor.

Durante casi todo su periodo de permanencia en el cargo, fue director del Museo Manuel Machado.

Durante la guerra civil española Guijo permaneció en el Museo; en 1943 solicitó la jubilación que no se le concedería hasta un año después (por imposibilidad física).

[3]​ También con Ruiz de Luna trabajó en la decoración de las nuevas viviendas-taller que los pintores Mariano Benlliure y Joaquín Sorolla, se hicieron construir en Madrid, compartiendo con la azulejería tradicional trianera los diseños y realización talaveranos.

Detalle de la decoración de la portada de una antigua huevería en la calle San Vicente Ferrer , 28 (Madrid).
Fachada de la librería en la travesía del Arenal.