De carácter agradable y resuelto, y con una excelente formación profesional, es un eficaz colaborador del mando artillero de la Plaza, que conoce además a la perfección el Servicio de Municionamiento.
Entrada la noche, la posición es atacada por los rifeños, que logran abrir brecha y se disponen a tomar las piezas de la Batería.
Revólver en mano, junto al Comandante Royo, corre hacia la Batería.
Los asaltantes, repuestos de la sorpresa inicial, disparan a quemarropa.
Actualmente se encuentra depositado en el Museo del Ejército.