A los 17 años de edad fue encomendado al coronel Hans von Blumenthal, que había comandado al Cuerpo de Guardias y había sido herido en Lobositz.
Enrique y su hermano, el futuro rey Federico Guillermo II de Prusia, pasaron mucho tiempo en las propiedades del coronel en Paretz.
El príncipe Enrique odiaba a sus tutores, pero fue muy feliz en Paretz, tanto que más tarde la compraría.
El príncipe era un prometedor capitán de la guardia, y su tío tenía puestas grandes esperanzas en él.
Allí contrajo viruela y murió el 26 de mayo.