Durante la primera mitad del siglo XX en casi todos los países las monedas dejaron de valer por su peso en el metal en que estaban fundidas, y adoptaron el dinero fiduciario, con un valor atribuido arbitrariamente por cada gobierno.
A lo largo del siglo XVI la diversidad de signos empleados hasta entonces se fueron sustituyendo por iniciales.
En el Reino Unido, el Trial of the Pyx es un procedimiento ceremonial por el cual un juez y un jurado de ensayadores comprueban que las monedas cumplen con los estándares requeridos.
En la época moderna y para fines industriales, el ensayador procedía a extraer una muestra o "bocado" del metal.
Este bocado era calentado en una hornilla, y martillado en un tas o yunque hasta obtener una lámina, que era pesada seguidamente en una balanza de precisión.