La Entrada de los Cruzados en Constantinopla (Entrée des Croisés à Constantinople) es una gran obra de Eugène Delacroix encargada por Luis Felipe I de Francia en 1838 y terminada en 1840.
La obra está pintada al óleo sobre lienzo con unas medidas de 498cm x 410cm.
La obra muestra al rey Balduino I a la cabeza de un desfile que atraviesa las calles de la ciudad tras el asalto.
[1] La luminosidad de la obra y el uso del color debe mucho al estudio que Delacroix hizo de los viejos maestros tales como Paolo Veronese.
El periódico Le Constitutionnel lamentaba la confusión, la extraña composición, los aburridos colores terrosos y la falta de contornos definidos.