Eric J. Topol (nacido en 1954) es cardiólogo, genetista e investigador en medicina digital estadounidense.
Topol es el fundador y director del Scripps Translational Science Institute[2] en La Jolla, California.
Su libro más reciente The Patient Will See You Now («El paciente le verá ahora»), publicado en 2015, explora cómo los teléfonos inteligentes, los macrodatos y la tecnología se están combinando para democratizar la atención sanitaria.
Topol fue el pionero en el desarrollo de numerosos medicamentos utilizados a diario en la práctica médica, incluidos el activador tisular del plasminógeno, Plavix, Angiomax y ReoPro.
[5][6] Tiene más de mil publicaciones originales revisadas por pares y ha editado más de treinta libros, incluidos el Textbook of Interventional Cardiology (Elsevier, sexta edición), y el Textbook of Cardiovascular Medicine (Lippincott Williams & Wilkins, tercera edición).
[9] En 2009, Topol trabajó con Gary y Mary West para crear el West Wireless Health Institute —un proyecto que se hizo realidad gracias a su don filantrópico—, líder en el desarrollo, la validación y la aceleración de la Medicina Inalámbrica.
Durante su formación en la Universidad Johns Hopkins, participó en el caso del primer paciente al que le administraron el activador tisular del plasminógeno en 1984, una proteína genéticamente modificada;[10] aunque no abrió el primer banco dedicado al gen cardiovascular en la clínica Cleveland hasta 1996.
[9]El grupo creó el Scripps Translational Science Institute,[12] actualmente conformado por los doctores Steven Steinhubl,[13] Ali Torkamani,[14] y Nathan Wineinger.
[16] El primer estudio potencial a gran escala de la genómica del consumidor, conocido como la Scripps Genomic Health Initiative, se completó en 2010.
En 2008, creó un nuevo programa educativo con Qualcomm y Scripps Health para la capacitación de médicos en medicina inalámbrica.
UU. en 2010 (The doctor Will “e“ you now) y lidera en la actualidad ensayos clínicos sobre el control del ritmo cardíaco y la insuficiencia cardíaca a través de la monitorización por dispositivos inalámbricos.
[19] Topol también es autor de un artículo en el New England Journal of Medicine, en el que argumenta que «ni Merck ni la FDA cumplieron con sus responsabilidades para con el público» y anima a una «revisión completa por parte del Congreso» de la situación.