[2][3][4] P.Stafford ha examinado el reinado con mucha profundidad, utilizando el papel de Ermentrude en la dinastía carolingia.
[5] De manera no oficial, actuaban como anfitrionas, asegurándose de que la familia real no se viera envuelta en escándalos y haciendo regalos a los altos cargos en una sociedad en la que esto era importante para mantener los lazos.
En consecuencia, se esperaba de las reinas que actuaran como mujeres sabias, leales y castas.
[6] Un contemporáneo, Juan Escoto Eriúgena, describió a Ermentrudis como una "mujer fuerte" (femina fortis);[7] se conservan dos cartas escritas en su nombre, otras cinco dirigidas a ella[8] y doce cargos emitidos por Carlos II la involucraban.
Ella se separó de su marido luego de que este ejecutara a su rebelde hermano Guillermo en 866, y se retiró a la vida monástica.