[1] Según la leyenda, la fundación de la antigua iglesia se atribuye al rey suevo Teodomiro en el siglo VI.
Durante la invasión de los árabes fue respetada y en la reconquista se erigió en iglesia parroquial.
Esta cornisa se apoya en grandes ménsulas, más salientes aún y tan recargadas de molduras como aquella.
Está articulado en tres calles separadas por cuatro esbeltas columnas salomónicas profusamente decoradas.
En la caja central, bajo un amplio arco, destaca la imagen románica de la Virgen del Mirón sobre un fondo transparente que ilumina la luz del camarín, y a derecha e izquierda aparecen en sus respectivos doseletes las esculturas de San José y San Joaquín.
En la capilla del evangelio, hay un altar dedicado a la Virgen con el Niño, representada en un cuadro al óleo, y a ambos lados del retablo, en frescos, San Agustín y Santa Clara.
También se encuentra la escalera que permite acceder al actual altar mayor por detrás.