Arquitectónicamente no tiene demasiado interés, pero el lugar donde está permite la contemplación de unas vistas inmejorables del valle de Benejama y los pueblos de los alrededores como a vista de pájaro.
Fue construida a mediados del siglo XX.
El día del santo se celebra una romería desde Benejama hasta la ermita, además de una pequeña feria y diversas actividades tradicionales.
La advocación de San Isidro en tierras de Benejama tiene que ver con los primeros momentos de la dictadura franquista y sus intentos uniformizadores.
Hoy en día, sin embargo, esta veneración se ha convertido en «intocable» entre sus incondicionales.