De las bóvedas de sillería, que conforme a fuentes publicadas habían sido ejecutadas sin nervadura ni argamasa, no queda nada.
El acceso a la ermita se realiza por una pequeña puerta adintelada decorada con motivos geométricos.
Antiguamente los fieles acudían a la ermita la víspera de la festividad del Santo, el 27 de julio, descendiendo en procesión al atardecer a la iglesia mayor del pueblo, donde veneraban al Santo dos o tres días.
Actualmente, la fiesta se celebra en la ermita el mismo día, donde tras la solemne misa se realiza una comida campestre incluyendo concurso de decoración de tortillas y posterior degustación.
Por la tarde, tienen lugar juegos infantiles en la plaza del pueblo, romería y verbena.