[1] En la segunda mitad del siglo XVII recibió una importante ampliación, dotándose de un crucero cupulado con un perfil equiparable con otras obras del arquitecto Juan Ibáñez.
Esta resolución en el presbiterio fue muy recurrente en la arquitectura del XVII castellonense, a menudo en consonancia con el esgrafiado blanco sobre fondo azul y pequeñas cabezas de querubines.
La decoración es a base de yeserías dieciochescas, esgrafiados y amorcillos escayola, pinturas tipo académico valenciano.
En 1689 se erigió un segundo altar dedicado a Santa Bárbara.
Por el lado de la epístola está adosada una espaciosa hospedería.