Ernestine Lambriquet

Nació en Versalles, hija de Jacques Lambriquet y Marie-Philippine Noiret.

Se decía que poseía cierto parecido con Luis XVI y con su hija María Teresa de Francia, existiendo rumores sin confirmar de que era hija ilegítima del rey.

Lambriquet no fue la única niña adoptada por los reyes, quienes adoptaron a otros ocho niños: “Armand” Francois-Michel Gagné (1771-1792), huérfano adoptado junto a sus otros tres hermanos en 1776; Jean Amilcar (1781-1793), un esclavo senegalés dado a la reina como regalo por el chevalier de Boufflers en 1787, pero quien fue liberado, bautizado, adoptado y establecido en un internado; y “Zoe” Jeanne Louise Victoire (nacida en 1787), quien fue adoptada en 1790 junto a sus dos hermanas mayores cuando sus padres, un ujier y su esposa al servicio del rey, murieron.

De estos ocho niños, sólo dos, Armand y Zoe, vivieron con la familia real al igual que Ernestine Lambriquet: Jean Amilcar, junto con los hermanos mayores de Zoe y Armand, vivieron simplemente a expensas de la reina hasta su encarcelamiento, lo que resultó fatal, al menos, para Amilcar, quien fue expulsado del internado en cuanto se dejaron de pagar las cuotas, acabando sus días en la calle.

Durante la Revolución francesa, Ernestine acompañó a la familia real al Palacio de las Tullerías en París.

Una teoría afirma que María Teresa de Francia cambió su identidad con Ernestine Lambriquet tras ser liberada del Temple.

Según esta teoría, María Teresa se convirtió en la condesa oscura, una dama que vivió en Hildburghausen, Turingia (Alemania).

La condesa oscura, llamada Sophie Botta por el conde que vivió con ella, sólo se dejaba ver en público en carruaje o con un velo cubriendo su rostro.