Ernesto Sánchez Villares

Atendió solícitamente a la población y fue tan apreciado que decidió seguir siendo médico rural, aunque su idea inicial era formarse como pediatra con el profesor Nogueras, del que había sido alumno interno.

Trabajó doce años en Villavieja, luego se trasladó a Ciudad Rodrigo, donde ejerció el resto de su vida.

En ambas localidades dirigió el Dispensario de Lucha Antipalúdica y otras funciones.

En 1956 Sánchez Villares se casó con Mercedes Jacob Castillo, que primero fue discípula y luego pediatra colaboradora.

Tuvieron ocho hijos; Mercedes, Marta, Isabel, Ernesto, Conchita, Arancha, Eduardo y Ramón.

En 1960 Mercedes leyó su tesis doctoral “La Pediatría y la Puericultura en España durante el siglo XVIII”, bajo la dirección del historiador Luis Sánchez Granjel.

[2]​ Sánchez Villares fue gran lector, ameno conversador y cultivador de la amistad.

[3]​[4]​ Aunque visitó muchos países, nunca olvidó sus raíces salmantinas, a las que siempre retornaba.

[5]​ Los periódicos de Valladolid y Salamanca publicaron notas en su recuerdo firmadas por Delibes M, Granjel LS, Crespo M, Tovar J, Blanco Quirós A, Ortiz O, Rodicio M, Riaño C y otros, que fueron reunidas en el Boletín de Pediatría, la revista que él había fundado 35 años antes.

Allí compartió curso con dos compañeros que serían amigos entrañables de por vida: Luis Sánchez Granjel y José Castillo Nicolau.

La atracción fue doble y convergiendo en el interés por la Historia de la Pediatría[8]​[9]​ También entabló relación con estimables profesores como Fernando Galán, que le inició en la Genética, José García-Blanco Oyarzábal profesor de Fisiología o Alfredo Carrato, de Histología y Anatomía Patológica, en cuya cátedra entró como alumno interno por oposición.

Al terminar el curso le propuso hacerse pediatra como alumno interno, a lo que accedió con entusiasmo.

[10]​ En su vida universitaria se relacionó asiduamente con alumnos y profesores de Letras, iniciando su amistad con múltiples personajes de la cultura salmantina como Antonio Tovar, Carmen Martín Gaite o Rafael Santos Torroella.

[13]​ Bajo su tutela se formaron docenas de discípulos que accedieron al profesorado universitario, como los catedráticos Manuel Hernández Rodríguez, Valentín Salazar Alonso-Villalobos, Manuel Crespo Hernández, Alfredo Blanco Quirós, Julio Ardura Fernández, Javier Álvarez Guisasola y Juan Antonio Tovar Larrucea, los profesores titulares Ricardo Escribano Albarrán (Salamanca), Samuel Gómez García, Margarita Alonso Franch, Joaquín Fernández Toral (Oviedo), María José Martínez Sopena, Rafael Palencia Luaces, además de responsables de servicios hospitalarios y de pediatras de atención primaria ampliamente distribuidos.

En ese tiempo impartió cursos y actividad docente itinerante en cualquier lugar donde se le requería.

Se admitían 10 médicos cada año, la primera promoción comenzó en los cursos académicos de 1966-68.

Aunque muy entrañable, en el “Pabellón” la asistencia pediátrica estaba muy limitada por lo que las autoridades académicas y sanitarias aprobaron la construcción de un Hospital Materno-Infantil cercano al H Clínico Universitario.

La docencia MIR fue suspendida y los pediatras en formación debieron hacer una “diáspora” por el país en busca de hospitales donde fueran admitidos.

24A lo largo de su trayectoria profesional fue requerido para trasladarse a Madrid y dirigir diferentes hospitales.

Con independencia de razones personales, no querer competir con amigos colegas por esas plazas o estar ya dotadas las plantillas pediátricas fueron las motivaciones expuestas.

Son textos que en algunos casos, y transcurridos 60 años, mantienen gran parte de su vigencia.

Le acompañó como secretario Carlos García Caballero con el que había coincidido dos años antes en la Sección Profesional debatiendo sobre la “asistencia ambulatoria”.

Fueron vicepresidentes de las respectivas áreas Federico Collado Otero (Hospitales), I Elola Cuartielles (Asistencia ambulatoria) y Julio Monereo González (Cirugía Pediátrica); el tesorero fue Armando Romanos Lezcano.

Como escribió el propio García Caballero fueron años de intenso trabajo con múltiples frentes abiertos, principalmente 5:[36]​ 1.

Implantar progresivamente unidades de especialidades pediátricas en los principales centros del país, siguiendo el modelo instaurado por Enrique Jaso Roldán (1904-1993) en la Clínica Infantil La Paz.

Elevar la edad de la asistencia pediátrica hasta los 14 años en todo lugar y circunstancia.

Treinta años más tarde el Presidente Alfonso Delgado Rubio (1944-2021) trasladó la AEP al número 1 de la calle Aguirre, pero Sánchez Villares ya no lo vio.

Recibido por el académico Faustino Zapatero Ballesteros (1899-1978) * Premio Castilla y León de las Ciencias en 1986 (ref.

Con el tiempo se fue centrando en líneas más concretas, como crecimiento, nutrición, gastroenterología, genética o inmunidad.

Granada 1973: 7-16 y Bol Pediatr 1973 (Varios editoriales) * Problemática actual de la Medicina Infantil.

Sánchez Villares con su mujer, discípula, compañera y pediatra Mercedes Jacob Castillo, en el domicilio familiar de Valladolid
Primera de las Memorias de la Cátedra y Escuela Profesional que Sánchez Villares editaba y distribuía anualmente. La portada reproducía la del libro que Luis Mercado editó en Valladolid el año 1611 ( REF 26 )
Con el historiador L Sánchez Granjel (1920-2014) y el neurobiólogo J Castillo Nicolau (1920-2002). Compañeros de licenciatura en Salamanca (1945) fueron Premio de Castilla y León en Ciencias Sociales y en Investigación (REF. 7,8,9)
Retrato dibujado y dedicado por el pintor orensano Manuel Prego de Oliver (1915-1986)
Guillermo Arce y Ernesto Sánchez Villares en el claustro universitario de Salamanca