La creación de esta corriente obedecía al deseo de renovación filosófico-teológica señalado por la encíclica Aeterni Patris del papa León XIII.
Además organizó coloquios, reuniones, seminarios, conferencias para crear un Instituto Superior de Filosofía, al fin constituido en 1894, el mismo año en que se fundó la Revue Néo-scolastique de Philosophie, luego llamada Revue Philosophique de Louvain.
Mercier reelaboró la epistemología de Santo Tomás modernizándola con las aportaciones desde Descartes.
En cuanto a la metafísica, Lovaina está representada principalmente por N. Balthasar y L. De Raeymaeker.
En España el pensamiento de Lovaina influyó notablemente en Marcelino Arnáiz Hortigüela (1867-1930), padre agustino, y en Juan Zaragüeta Bengoechea (1883-1974), sacerdote diocesano, quienes tuvieron relaciones de discipulado y amistad con el Cardenal Mercier.