[1][2][3] Las representaciones han ido desde figuras casi idénticas que representan a las tres personas de la Santísima Trinidad hasta una paloma o una llama.
También se puede ver una paloma al oído de san Gregorio Magno─según recoge su secretario u otros autores padres de la Iglesia, dictándoles sus obras.
Basándose en las imágenes de ese relato, el Espíritu Santo se simboliza a veces con una llama.
[6] La mayor parte del arte cristiano primitivo representa al Espíritu Santo en una forma antropomórfica humana con otras dos figuras humanas idénticas que representan a Dios Padre y Jesucristo.
[7][8] El Espíritu Santo está representado en diversos medios artísticos como vidrieras y caligrafía.