Espíritu de 1914

Este entusiasmo por la guerra entre las masas germanas parecía haber dejado atrás las amargas pugnas políticas del pasado, y notable fue la expresión popular atribuida en esas fechas al káiser Guillermo II: "Yo no veo partidos políticos, sólo veo alemanes".

Los créditos de guerra en Francia fueron apoyados también por todos los elementos políticos, de derecha e izquierda, y así la Tercera República Francesa financió el desarrollo del conflicto contando prácticamente con ninguna oposición pues al igual que en Alemania, el Partido Socialista Francés apoyó el esfuerzo bélico.

Finalmente, en el Imperio austrohúngaro la guerra fue recibida jubilosamente por las autoridades imperiales, no solamente porque permitía destruir las ambiciones de Serbia sobre Bosnia (y, tal vez, hasta anexar Serbia), sino porque el conflicto permitiría superar las diferencias entre los diez grupos étnicos que vivían en el Imperio, fusionándolos en una misma causa nacional.

La corte imperial de Viena esperaba que austriacos, húngaros, polacos, checos, croatas, eslovacos, rumanos, italianos, eslovenos, rutenos, y bosnios, se cohesionaran en una sola causa y actuasen como "una sola nación" superando diferencias pasadas.

Del mismo modo las masas francesas se enfrentaban a una invasión alemana a gran escala que no sería reprimida en pocas semanas como decía el estado mayor francés y se preveía una larga y difícil lucha.

Aun así, se prefirió en las élites políticas y militares mantener como propaganda para las masas la creencia en una guerra breve.

Regimiento alemán parte al frente en agosto de 1914 en la ciudad de Lübeck