No existen datos ni documentos históricos sobre la procedencia de la espada en ese periodo.
A finales del sigo XV aparecen en la ciudad las primeras manifestaciones documentadas del fervor religioso que el objeto despertaba, atribuido a su supuesta intervención en la decapitación de los mártires cristianos San Cosme y San Damián, médicos y hermanos.
La tradición oral relata que ambos hermanos, mártires y hoy patrones de los cirujanos, ejercieron siempre su profesión sin cobrar a los enfermos (anargiros o enemigos del dinero).
Se estima por parte de los historiadores que la espada tuvo en un principio un uso ritual y no sacramental.
Sus sucesoras mantuvieron esa tradición, pese a no tener ascendencia imperial, hasta que el ritual perdió su razón de ser, pasando entonces de ser símbolo del poder imperial, a reliquia sacramental.