[1] La manufactura de espejos rotos de bronce en las civilizaciones que habitaron el valle del Indo se remonta al periodo comprendido entre los años 2800 y 2500 a. C.[2] Este elemento fue producido en China desde el neolítico hasta la Dinastía Qing, cuando el vidrio llegó a China desde el Oeste.
Los espejos de bronce eran normalmente circulares, con una cara brillante pulida para mejorar la reflexión y el reverso grabado.
Normalmente contaban con un mango en el centro para que pudiera sostenerse frente a quien se vestía.
Durante la Dinastía Han y con la introducción de los espejos TLV, comenzaron a producirse en masa.
En Europa, los espejos de la Edad del Bronce se han hallado en diversos lugares, incluyendo Gran Bretaña e Italia.