La espina, del latín spina, es un muro colocado en medio del circo de los antiguos, con motivo de la relación que tenía con la espina principal de un pescado.
Este sólido de cuatro a seis pies de alto estaba aislado por todas partes.
El espacio de alrededor formaba la carrera y en cada uno de sus extremos estaban los lindes cerca los cuales debían pasar los carros.
Se colocaban sobre la espina las estatuas, trípodes consagrados, simulacros del templo y siempre un obelisco en lugar, según se dice, de un mástil de navío como antiguamente se usaba.
Después se establecieron en Roma asientos para los senadores.