Debe su nombre a la cercana Iglesia de Saint-Sulpice.
En el año 2010, la estación fue renovada y despojada de los revestimientos metálicos que forraban la bóveda.
Se recuperó así su diseño original con un claro predominio de los azulejos blancos biselados.
Su iluminación ha sido renovada empleando el modelo vagues (olas) con estructuras casi adheridas a la bóveda que sobrevuelan ambos andenes proyectando la luz en varias direcciones.
Por último, los asientos de la estación son los modernos Coquille o Smiley, unos asientos en forma de cuenco inclinado para que parte del mismo pueda usarse como respaldo y que poseen un hueco en la base en forma de sonrisa.