La gestión del ferrocarril corrió a cargo de Andaluces hasta que quebrara la empresa y en 1936 el gobierno republicano traspasara la gestión a la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste.
Esto afectó negativamente a la población de la ciudad, que en aquella época se dedicaba casi totalmente al puerto y las salinas.
Torrevieja experimentó en la segunda mitad del siglo XX un crecimiento demográfico de gran importancia y, en consecuencia, se crearon nuevos empleos en la ciudad que, sumado a los grandes avances tecnológicos, hicieron que se posibilitase la construcción de un ramal desde la estación hasta la industria salinera con el cometido inicial, extraer la sal a través del ferrocarril.
En los años sesenta, los cañizos y las malezas imperaban en varias partes de la línea.
Dicha información fue transmitida al factor de circulación en Alquerías-Santomera, pero se desentendió el ramal debido a su poca explotación.
[3] Las malezas siguieron invadiendo el trazado tanto que se redujo la velocidad máxima a 40km/h.
Irónicamente, poco tiempo después del cierre, se celebró el 100 aniversario de la línea Murcia-Alicante.
En los últimos años, la construcción del corredor del Mediterráneo y el Tren de la Costa, ha incluido a Torrevieja en los planes de estudio, pero no se reciben respuestas o son desfavorables.