En 1241 Esteban Gutkeled tomó parte en la batalla de Mohi contra los tártaros asistiendo al rey húngaro, y tras la derrota escoltó al monarca de Hungría hasta la isla de Trogir, donde se refugió hasta que los mongoles abandonaron el país.
Luego de la invasión tártara, el rey Bela IV comenzó la reconstrucción del devastado reino, refundando el Estado húngaro, proceso bajo el cual Esteban Gutkeled se convirtió en una de las figuras más importantes de dicha empresa.
En particular Esteban se centró en la reconstrucción del banato de Eslavonia (el cual en esa época englobaba a Croacia y a Dalmacia en un solo Estado), y construyó nuevas fortalezas, convirtiéndose en el primer noble que construyó fortalezas por sí mismo en Hungría (anteriormente las fortalezas eran fundadas por el rey).
[4] Esteban Gutkeled falleció al poco tiempo en 1260, legándole a sus hijos sus enormes territorios, de los cuales Joaquín Gutkeled se volvió el más poderoso de todos los oligarcas del reino.
Esteban Gutkeled es recordado en un documento real de 1248 de Bela IV como «el hombre digno de nuestros corazones —quien— no es un destructor, sino constructor, no es un derrochador, sino recolector, tampoco un devastador, sino un gran protector por su gran lealtad, sabiduría».