El estilo indirecto implica, por un lado, la existencia de una selección de la información por parte del narrador —solo reproducirá lo que a él le parezca conveniente— y por otro lado, la falta de los matices emocionales y expresivos del personaje.
Lingüísticamente, estos fragmentos estarán dominados por la tercera persona, en tanto que no son otra cosa sino narraciones de lo que piensan o dicen los personajes: