Estofa

Otras piezas de seda más sencillas que las precedentes muy usadas en la Edad Media, lo mismo que en la actualidad, son: Otros tejidos son los siguientes: El estilo propiamente español en estofas y sederías empieza con el reinado de los Reyes Católicos y la unión de ambas coronas (año 1479) aunque debió haber antes de esta fecha en los territorios reconquistados fábricas cristianas o mudéjares.

A la formación de dicho estilo contribuyeron elementos arábigos, italianos, flamencos (éstos, sobre todo, en los tapices).

Al principio de esta época, hasta bien entrado el siglo XVI, prevalecen las líneas góticas y las hojas lobuladas en las decoraciones, junto con motivos arábigos en algunas piezas, constituyendo el estilo que se denomina mudéjar o morisco (más fielmente seguido aún en las piezas de lana que en las de seda) y que se atribuye a tejedores moriscos pero en ciertas localidades, y luego en todas las fábricas, prevalecen los elementos del renacimiento italiano aunque sin abandonar del todo los motivos ojivales hasta muy entrado el siglo XVII.

Al finalizar el siglo XVI, campean como temas decorativos el de la piña reducida y de líneas romboidales u onduladas, encerrando florones y en el siglo XVII se hace común el tema del jarrón florero con ramificaciones complicadas para llegar en el XVIII a los motivos de imitación francesa.

Durante el siglo XVI se hallaba tan en auge y sin rival la fabricación de sedas en España que sólo Toledo llegaron a elaborar anualmente 230.000 kilos de seda y fabricar 100.000 pares de medias y Sevilla logró reunir 16.000 telares en 1519, contándose por entonces hasta 120.000 en solo su reino o provincia.