Etiquetado de alimentos en México

[2]​[3]​ Las normas del etiquetado en 2020 se aplicaron a un 85% de los productos alimenticios que se consumen en México,[4]​ un país que desde ese año está en el primer lugar en la obesidad infantil y en el segundo lugar en la obesidad en los adolescentes y adultos a nivel global.

Tales hechos trajeron como consecuencia una ruptura irreversible en los hábitos alimenticios de México, así como un incremento súbito de la obesidad infantil y obesidad en los adolescentes y adultos en ese país.

[1]​ El INSP inició en 2011 unas investigaciones sobre la efectividad del etiquetado vigente, mismas que arrojaron los primeros indicios sobre su inefectividad dado que estudiantes universitarios y de nutrición eran incapaces en su mayoría de interpretarla.

En 2016, se realizó Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, misma que incluyó un módulo sobre la comprensión del etiquetado alimenticio GDA, resultando en una comprensión baja en personas encuestadas en todo el país.

Las leyendas implementadas son octágonos color negro con letras blancas que buscan informar de manera sencilla cantidades altas de azúcares, calorías, grasas trans, grasas saturadas.

[12]​ También, si el producto en cuestión tiene uno o más leyendas, no podrá incluir avales de sociedades médicas.

Esto se realizó porque en experiencias previas de etiquetado, la industria alimenticia comenzó a reducir las porciones de los alimentos para eludir las normas, particularmente en alimentos consumidos por la niñez.

Entre las empresas que pidieron posponer el etiquetado se encuentran Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé y Grupo Bimbo.