Muchas de las obras realizadas por Belgrand todavía continúan en servicio.
Las aguas residuales se vertían directamente al Sena, fuente primaria del críticamente limitado suministro de agua potable a la ciudad.
Las nuevas galerías que diseñó estaban pensadas para estar limpias, ser fácilmente accesibles, y eran sustancialmente más grandes que el sistema de alcantarillado parisiense anterior.
[6] La reacción pública a estas mejoras era abrumadoramente favorable, apoyado por las visitas organizadas al nuevo sistema de saneamiento y por una serie de imágenes tomadas por Nadar, iniciando el uso de la iluminación artificial en fotografía.
[7][8] Belgrand quiso compartir sus ideas, editando una serie de "monumentales publicaciones" en las que describe sus trabajos y la ciencia que había detrás de ellos.