Es un escorpión inofensivo para los humanos, apenas venenoso, que raramente usa su aguijón.
Después del apareamiento, la hembra busca un escondite húmedo y tranquilo donde da a luz hasta 30 crías vivas, blancas, blandas e hinchadas, que suben a la espalda de la madre donde permanecen hasta la primera muda (unos seis días).
Tras esto, los pequeños escorpiones empiezan a vagar por los alrededores pero permanecen junto al escondite durante unos días más.
Las crías alcanzan la madurez al cabo de uno o dos años.
[4] Euscorpius flavicaudis es un depredador al acecho que aguarda inmóvil en la entrada de su madriguera, y captura rápidamente las presas que pasan ante él, sobre todo cochinillas y pequeños insectos.