siglo III) fue obispo de Nápoles; su culto como santo fue confirmado por el Papa León XIII en 1884.
Dos antiguos textos medievales, la Gesta episcoporum neapolitanorum (alrededor del siglo IX) y el Catalogus episcoporum neapolitanorum (siglo X) lo señalan como el séptimo obispo de Nápoles, sucesor de Agripino y antecesor de Efebo.
[2] La Gesta informa que sus restos fueron trasladados, hacia el siglo IX, «in altario beate Dei genitricis semperque virginis Mariae, que dicitur Cosmidi», es decir, el altar mayor de la iglesia identificado con el de Santa Maria in Cosmedin (o di Portanova).
[3] La urna que contenía su cuerpo fue encontrada en 1616 y el arzobispo Decio Carafa extendió el culto al santo obispo desde la iglesia que guardaba su sepultura a toda la diócesis.
[3] Su elogio se puede leer en el Martirologio Romano el 29 de marzo:[6]