Probablemente fue encargado por su padre espiritual, Egberto, un misionero de Northumbria que entonces se encontraba refugiado en Irlanda.
[1] Otros se inclinan más hacia un origen norumbriano, basándose en la escritura, muy cercana es cierto a la del Evangeliario de Durham.
El personaje sostiene en sus manos un libro abierto que contiene las primeras palabras del evangelio: «Liber generacionis Ihesu Christi».
La posición del personaje, sentado en un trono y en postura de lector, le identifican con el propio San Mateo.
[6] También en este caso, la miniatura juega con el contraste entre las líneas curvas del águila, símbolo de san Juan Evangelista, en parte dibujada con un compás, con el marco rectilíneo que la encierra casi como en una jaula.