[5] NME lo incluyó en su listado —en la posición 43— de los cincuenta mejores discos del año.
[6] Luego de unas cincuenta presentaciones en varias partes del mundo, en 2016 el grupo acordó tomarse un periodo de descanso prolongado, pues según Yannis Philippakis se sentían «un poco hartos [...] pues el tour había sido pesado y las fiestas se intensificaron, al grado de volverse insalubre».
Sobre el estilo musical, señaló: «Los últimos dos [discos: Holy Fire y What Went Down] eran como amigos.
Tenemos que pasar algún tipo de cambio violento, sea cual sea el próximo disco, no será amigo de los últimos dos» y planteó que unas posibles influencias serían «ciertos eventos que han ocurrido aquí [Reino Unido] y en Estados Unidos, y mayormente el cambio climático».
Aunque todos sus álbumes previos habían llegado a los primeros diez, la posición más alta había sido con Everything Not Saved Will Be Lost - Part 1, que llegó al segundo lugar en marzo del mismo año.