Expedición británica al Everest de 1922

Tras las llegadas al Ártico y la Antártida, el ser humano debía ponerse nuevas metas que superar.

Pronto se puso la vista en el cielo, y en alcanzar mediante la escalada las cimas más altas que pueblan la Tierra.

Gracias al material de Noel recuperado, hoy se conservan muchas fotografías y una película que narra la expedición.

Las expediciones de 1922 y 1924 -y muchísimas más hasta la actualidad- siguieron esos patrones para estudiar la subida.

El científico Alexander Mitchell Kellas fue uno de los primeros que señaló su posible y necesario uso.

En esos momentos, se prestaba más atención a otros experimentos, como los diseñados por el profesor Georges Dreyer con depósitos bajo presión, quien había estudiado los problemas de altitud de la Royal Air Force en la Primera Guerra Mundial.

Algunos participantes habían llegado un mes antes para organizar y contratar a los porteadores que les ayudarían en el trayecto.

Aquí el grupo descansó durante tres días para que Finch y Crawford pudieran alcanzarles con las botellas de oxígeno.

Un obstáculo de escalada más severo, entonces desconocido, era un segundo escalón situado a 8 605 metros.

Desde allí, la ruta conducía a la cumbre, y, aunque algo pendiente, se descubrió ser de fácil recorrido.

Dicha ruta llegó a ser utilizada por el alpinista italiano Reinhold Messner en su ascenso en solitario en 1980 sin botellas de oxígeno.

El campo base avanzado fue erigido en el extremo superior del glaciar a unos 6.400 metros de altura.

Este primer intento fue hecho por Mallory, Somervell, Norton y Morshead, apoyado por nueve porteadores.

Solo cinco de los nueve porteadores se encontraban con un estado aceptable para subir.

Cualquier ascenso por encima del collado norte era un hito en esos momentos, pues ningún alpinista había llegado a dicha altitud.

Las circunstancias no eran ideales, puesto que en ese momento una ligera nevada comenzó a cubrir la montaña.

Los tres montañeros fueron al campamento III el 20 de mayo, donde revisaron las botellas, que se encontraban en buen estado.

En ese punto, a las 8 de la mañana del día 25, Nole, Finch, Bruce y Tejbir comenzaron el ascenso a través de las crestas norte y noreste, aunque la subida estuvo complicada por el viento extremo que soplaba en la zona.

En este punto, la comida estaba casi agotada ya que no habían planeado una misión tan duradera.

Tejbir no contaba con ropa adecuada contra el viento, llegando a desmoronarse cerca de los 8 000 metros.

[5]​ En la opinión médica de Longstaff, la expedición debía abandonar todo nuevo intento si no querían que acabaran exhaustos o muertos.

El 3 de junio Mallory, Somervell, Finch, Wakefield y Crawford ascendieron junto a 14 porteadores desde el campamento base.

Dos días después, el 5 de junio, el resto del equipo llegó al campamento III, donde descansaron un día entero.

Dos porteadores intentaron salir de la nieve, otros seis estaban muertos y un noveno no pudo ser recuperado.

Este accidente puso punto final al tercer intento -y a la expedición- de escalar el Everest.

Tras regresar a Inglaterra, tanto Mallory y Finch recorrieron la geografía británica haciendo presentaciones sobre la expedición.

Mallory viajó a los Estados Unidos, donde estuvo tres meses, para realizar una gira de conferencias.

Los miembros de la expedición en el campamento base.
Fila de atrás: Morshead, G. Bruce, Noel, Wakefield, Somervell, Morris y Norton .
Fila de delante: Mallory , Finch, Longstaff, General C. Bruce, Strutt y Crawford
Pasaporte expedido a la expedición al Everest de 1921, conservado en el Instituto de Montañismo del Himalaya ( Darjeeling ).
Mapa de la región del Monte Everest .
Las dos rutas principales del Monte Everest. La expedición de 1922 intentó el ascenso a través de la ruta marcada en amarillo.
La fotografía más alta jamás tomada. La primera ascensión en 1922 sin oxígeno alcanzó casi 27.000 pies y desde este punto T.H Somervell tomó la fotografía que muestra la cima del Pico Norte.