La explotación de petróleo en el Ártico es técnicamente un desafío mayor que en otro medio ambiente.
Esto representa el 13% del petróleo no descubierto en todo el mundo.
La vida marina en el Ártico es extremadamente rica, y es lugar de reproducción[4] de numerosas especies que viven en el Atlántico norte: el bacalao del atlántico, el bacalao polar, el arenque, el capelán, el oso polar etc.
Pero sobre todo, el esencialmente fitoplancton del atlántico norte que ya está amenazado en otras regiones.
Un accidente en la explotación provocaría una contaminación de los fondos costeros que quedarían activos por decenas de años,[5] dadas las bajas temperaturas de esta región los haría más peligroso[6] para sus sitios de reproducción, esto haría pensar en una amenaza sobre toda la red trófica del atlántico norte y Ártico.