[1][2] Las autoridades cubanas consideraron el suceso como el mayor siniestro industrial de la historia del país.
[6] Un humo negro se extendió hasta 100 kilómetros hacia la capital de Cuba, La Habana.
[1] Nada más conocerse la dimensión del incendio, el gobierno cubano solicitó ayuda urgente a la comunidad internacional.
Las autoridades cubanas agradecieron el asesoramiento técnico a través de las redes sociales aportada por Estados Unidos, pero al mismo tiempo señalaron no haber recibido más ayuda de Washington D. C.[2] El portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos señaló que hubo una comunicación informal sobre el suceso, pero que el gobierno cubano no había solicitado formalmente la ayuda a su gobierno.
[1] Según los datos oficiales, como resultado de la labor pericial se hallaron 754 restos óseos que no pudieron asociarse de forma absoluta a los 14 desaparecidos identificados.