Para ello, las membranas se calentaban con soplete para finalmente ser adheridas a la chapa del techo.
En el entretecho se produjo un calentamiento que provocó una combustión, haciendo que parte del cielorraso del local se desplome cerca de la entrada principal, invadiendo de fuego y humo todo el supermercado.
En ese momento, se encontraban 94 empleados y cerca de 250 clientes haciendo sus compras.
[2] En esos momentos, el techo continuaba desplomándose, cayendo sobre las góndolas, entre ellas, las de fuegos artificiales y pirotecnia.
Al llegar los bomberos, se observaba gente que corría ensangrentada y envuelta en llamas y personas que rompían los vidrios del local para ayudar a los atrapados.
La beba nació sin complicaciones, pero ella tenía el 35 % del cuerpo quemado, falleciendo días más tarde en el hospital.
Entre las primeras causas se encontraba un cortocircuito en el cableado, una explosión de gas y un atentado.