En 1861, llegó a los Estados Unidos y ofreció sus servicios al Ejército de la Unión en la Guerra Civil Americana.
[1] Inés de Salm-Salm, como se le conocería en México, acabaría uniéndose a Félix en el campo de batalla por no soportar estar sin él.
Ese invierno tomó el mando del octavo Regimiento Voluntario de Infantería de Nueva York, permaneciendo allí durante el invierno.
En esta posición fue muerto en la batalla de Gravelotte en donde el ejército francés usó ametralladoras.
Su esposa Inés, que era enfermera en un hospital militar prusiano y lo había acompañado al campo de batalla, llevó el cuerpo a Anholt, donde Salm-Salm fue enterrado en la cripta familiar, acompañado por una escolta dirigida por Alfred zu Salm-Salm.