Félix de la Concha

Nacido en León, vive la mayoría de su infancia en la ciudad con viajes esporádicos a la región del Bierzo.

Son pinturas que no recrean aspectos bucólicos tradicionales, sino que abordando temas prosaicos: transformadores de luz, silos, carreteras comarcales, cementerios... si bien en ellas se recrea una atmósfera de misteriosa soledad.

Concluido el período de su beca extiende su residencia en Roma durante cuatro años más y en esta época crea varias obras seriadas, tales como Nueve meses en Donna Olimpia, El ciprés del Circo Máximo o Un paseo por Doria Pamphili.

Aclamado pronto por el público americano, destacan exposiciones individuales como las del Columbus Museum of Art, con la obra One Season from Each Corner; la del Carnegie Museum of Art de Pittsburgh, con One A Day.

Si bien capta al retratado con gran detalle, los posibles errores formales por pintar sin apoyaturas en la fotografía o mediciones previas (a menudo en sesiones únicas o alla prima) le interesan de manera especial.

[9]​ Hay que destacar sus diversas estancias en países como Argentina, Cuba, Egipto, México o República Dominicana, siempre retratando el entorno donde vive.

Uno al día: 365 vistas de la "Cathedral of Learning" de Pittsburgh .