Muerto aquel, la Sede vacante le nombró para los Confines, cargo que sirvió dos años, pasando en seguida a ser visitador y vicario general de Valdivia, Villarrica, Osorno y Castro.
Con ocasión de la muerte del obispo Barrionuevo se le llamó a Santiago para confiarle el cargo de provisor y vicario general.
El Arzobispo de aquella ciudad le proveyó por visitador general, cargo en que prestó particulares servicios, y en cuyo desempeño contrajo una grave enfermedad.
En 1588, aunque tenía licencia para irse a España, como hemos visto, se hallaba todavía en Lima solicitando se le concediese allí una prebenda.
Contaba en esa fecha cincuenta y nueve años de edad.