En lógica, la falacia de acentuación es una de las falacias lingüísticas reconocidas por Aristóteles y que era usada por el Oráculo de Delfos.
La falacia se construye al realizar una proposición que contiene una parte afirmando o concordando con un tema y otra parte con una objeción o condición.
En función de dónde se aplique la fuerza de acentuación se denotará más o menos importancia en un sentido u otro.
De esta manera se puede crear una ambigüedad en el sentido de la interpretación.
Este tipo de engaño o falacia así como las verdades a medias se da con mucha frecuencia en política ya que permite al político retractarse de lo dicho si las cosas salen mal.