La luz que proyecta, blanca, se ve intermitentemente cada 12 segundos y tiene un alcance de hasta 12 millas mar adentro.
Por su singularidad y cómo destaca en el entorno árido, el faro del Fangar constituye uno de los símbolos arquitectónicos y paisajísticos más característicos de las Tierras del Ebro.
No obstante, la historia del faro original se remonta más allá.
Pero aquella primera estructura sufrió el deterioro por las inclemencias meteorológicas y la posterior destrucción durante la Guerra Civil Española, cuando fue incendiado.
Aquella torreta se modernizó dando al faro actual.