En gastronomía, se llama farsa a una mezcla de carne magra picada emulsionada con grasa.
Las proteínas comúnmente usadas para las farsas incluyen las de cerdo, pescado (lucio, trucha o salmón), marisco, caza (venado, jabalí o conejo), ave, ternera e hígado de cerdo.
A veces es necesario un aglutinante secundario para mantener la emulsión.
Estos aglutinantes suelen necesitarse cuando se preparan farsas campestres o gratinadas, siendo los tres más empleados el huevo, la leche en polvo desgrasada y la panada.
[2] Se tenía en cuenta en las culturas nórdicas las preparaciones con pescados curados "farsas" para preservar este relleno