Los poetas clásicos latinos también aplicaban el apodo Febo al dios sol, de ahí las referencias comunes en la poesía europea posterior a Febo y su carro como una metáfora del sol.
[2] Pero en textos mitológicos el dios-sol y Apolo no son por lo demás confundidos ni identificados.
[3] Cervantes, en el Quijote, al comienzo del capítulo XX de la segunda parte, se refiere al sol con el nombre de Febo: «Apenas la blanca aurora había dado lugar a que el luciente Febo con el ardor de sus calientes rayos...».
[5] Por otra parte, la letra de la Marcha de San Lorenzo, escrita por el argentino Carlos Javier Benielli, comienza su primera estrofa aludiendo al sol utilizando la forma en consideración: «Febo asoma; ya sus rayos / iluminan el histórico convento».
[6] También en el Himno Nacional Paraguayo completo de siete estrofas se hace alusión a Febo en la segunda estrofa con el siguiente fragmento;[7] «Largos años cuál Febo entre nubes, Vióse oculta la perla del Sud...» En el Don Juan (Byron) , en The islands of Greece se lee "Where Delos rose and Phoebus sprung".