El 8 de julio firmó una carta solicitando poderes extraordinarios para combatir a los carlistas.
No pudo evitar la rebelión cantonal que afectó a Cartagena a partir del 12 de julio, si bien intentó disolver la escuadra del Mediterráneo y desarmar los buques.
[4] Aprovechando una excedencia, marchó a Francia y se presentó ante el cuartel del pretendiente carlista Carlos María de Borbón, lo que originó diversos rumores sobre su verdadera posición política y su gestión ministerial, presuntamente dirigida a debilitar al gobierno republicano.
Ingresó en el ejército carlista y llegó a ser comandante general de la Marina en el mar Cantábrico.
[5] Tras la tercera guerra carlista, el gobierno de Cánovas del Castillo aceptó su reingreso en la Armada Española.