[1] La enfermedad que padecía Godoy desde los 5 años le atrofia definitivamente las cuerdas vocales, pero no por ello su personalidad ya que, según numerosas anécdotas contadas por sus familiares el aspecto de la timidez se descarta por completo.
[2] En el año 1887 su padre se marcha a Madrid para presidir una tribuna de oposiciones y regresa enfermo con pulmonía, la cual le ocasionaría la muerte.
Por aquel entonces Godoy tenía 17 años, y tras la muerte de su padre decide aplicarse aún más en la pintura movido tanto por su pasión como por la necesidad.
En este período establecerá relaciones con numerosos artistas como los Zubiaurre, José Moreno Carbonero o Joaquín Mir.
En esta ciudad el pintor se mudó en varias ocasiones en lugares como la calle de San José, Segismundo Moret, Valverde o Cervantes.
Por estos tiempos es cuando le empiezan a conceder todo tipo de cruces, medallas y premios.
[1] Al comienzo en su carrera como académico se le planteó un serio problema, que sería que no podría llegar a alcanzar el titular de cátedra debido a sus efectos físicos.
En los próximos cinco años se le repetirían sucesivamente cinco congestiones, teniendo que quedarse cada vez más en su sillón por la pérdida progresiva del dominio de su piernas, pero aún poseyendo el control sobre sus manos.
Es en este tiempo cuando pinta a su mujer e hija en actos cotidianos de coser, hacer punto, leer o poner la mesa.