También contribuyó a la difusión de una visión izquierdista del nacionalismo vasco bajo planteamientos tercermundistas.
Llegó a proponer junto a su amigo Félix Likiniano una especie de anarcoindependentismo que estableciera una fusión entre la izquierda abertzale y el anarquismo, aunque tuvo una mínima acogida; después formó parte de los simpatizantes del híbrido del anarquismo con el marxismo heterodoxo.
En 1964 participó en la Tercera Asamblea de ETA celebrada en Bayona, durante la cual la organización independentista ―muy influida por sus ideas― adoptó una línea tercermundista que equiparaba al País Vasco con una colonia y situaba a España y Francia en el papel de potencias colonizadoras.
En 1984 llegó a señalar que ETA se estaba convirtiendo en «una banda de gánsters cuya política bordea el fascismo».
En Vasconia, que está considerado como uno de sus libros más influyentes,[5] teorizó sobre una «Euskalerria» futura cuyo territorio debía abarcar desde Burdeos a Toulouse y de Santander a Lérida.