Su nacimiento fue un acontecimiento alegre pues su madre ya tenía cinco infantas, tres de las cuales habían muerto en la infancia.
El Príncipe fue bautizado con los nombres: Felipe Antonio Jenaro Pascual Francisco de Paula.
Aunque nació bien, pronto se hizo evidente que no gozaba de buena salud, ya que sufría de ataques epilépticos.
En 1754, el embajador de Cerdeña informó que "el príncipe real no parecía gozar de buena salud" y agregó que "hay algo en sus ojos que no armoniza con el resto de sus características".
El rey Fernando IV de Nápoles y III de Sicilia (futuro Fernando I de las Dos Sicilias), su hermano, y su esposa la reina María Carolina por temor al contagio se fueron a Caserta.