Feminiflor

Feminiflor fue la primera revista literaria boliviana completamente dirigida y realizada por mujeres.

[1]​ [2]​ En este centro participaron Laura de la Rosa, Betshabé Salmón Fariñas, Nelly López Rosse, María Luisa Bozo, Blanca Deheza, Marina Pereira, Carmela Delgado, Leticia Cordero, Consuelo Benítez, Esperanza Ballivián Sarancho, Antonieta Guzmán Bozo, María Josefa Terrazas y Célida Terrazas, entre otras.

Es en estas sesiones que las escritoras articularon la necesidad de contar con una publicación propia.

[4]​Entre 1921 y 1924 se publicaron al menos 27 números en tirajes de 500 a 1500 ejemplares.

El precio de venta se mantuvo en 20 centavos y los avisos cubrían desde un octavo hasta una página entera.

Sólo un cuarto de los espacios eran dirigidos a artículos como moda y perfumes.

Muchos textos son dedicaciones entre escritoras de la revista o intercambios con nuevas revistas que surgían en otras ciudades del país como «Ideal», «Eco Femenino», «Iris», «Pepita», «Anhelos», entre otras.

Otros temas incluyen las artes, la justicia social, la filantropía, el civismo y el patriotismo.

Finalmente proliferan cartas, diarios y relatos autobiográficos dirigidos a personajes en los mismos textos y sólo indirectamente al lector, una estrategia identificada por la investigadora Susan Lanser como «voz privada».

Formas como fragmentos de diario, tradicionalmente ignoradas o tratadas como inferiores, tienden a ser apropiadas por mujeres quienes, desde estos márgenes, sobreviven a la censura y cultivan sus palabras.

Quizás la escritora que hace más uso de estas formas es Laura de la Rosa, quien publica al menos 20 textos en la revista y años después escribiría el libro «La Guerra del Chaco: Mi visita a las trincheras y a las zanjas del velo», obra que es a momentos diario, crónica y correspondencia.

Dos ejemplos son Matilde Carmona Rodó y Laura de la Rosa Torres.

[1]​ «Feminiflor» no sólo fue una provocación para el lanzamiento de otras revistas, sino un interlocutor intenso con ellas.

[1]​ Estas iniciativas coinciden con un interés académico por redescubrir escritoras históricamente ignoradas en los sesgos masculinos de la crítica literaria.

Una lectura postergada por décadas que en años recientes ha tomado la forma de ensayos y antologías.

Fotografía del equipo central de Feminiflor publicada en Feminiflor № 22, a ocasión de su segundo aniversario, Mayo de 1923.
De izquierda a derecha, Betshabé Salmón Fariñas, Jefe de Redacción, Laura Graciela de la Rosa Torrez, Directora, y Nelly López Rosse, Administradora.