Fue criado en el judaísmo pero posteriormente se convirtió al cristianismo a petición de C. F. Peters, el cual impulsó su carrera como editor y arreglista.
Logró presentar con éxito el aclamado Concierto para violín de Felix Mendelssohn, apadrinado por el mismo compositor judío, quien durante la preparación del concierto le aconsejó sobre cuestiones técnicas y teatrales.
Fue un compositor mesuradamente prolífico y fecundo para su edad ya que compuso alrededor de cuarenta composiciones.
David además trabajó como editor jefe de obras para violín.
Autores como Francesco Maria Veracini, Pietro Locatelli y Johann Gottlieb Goldberg se beneficiaron de sus grandes dotes que ya hablando sin tapujos eran de grandes proporciones musicales.