Ferdinand Ebner

[1]​ Junto con Martin Buber y Franz Rosenzweig, es considerado uno de los más destacados representantes del pensamiento dialógico.

Acabada la educación secundaria e impidiéndole su precaria salud pensar en empresas más ambiciosas siguió los cursos en la Escuela de Magisterio en Wiener Neustadt.

Fue siempre una mente ávida de conocimientos alcanzando sus lecturas amplios campos del saber humano.

Su primer trabajo filosófico fue Ética y vida (Ethik und Leben),escrito en 1913-1914, pero que no fue publicado hasta 2013.

Su obra principal, La Palabra y las realidades espirituales: fragmentos pneumatológicos (Das Wort und die geistigen Realitäten.

Pneumatologische Fragmente), cuya redacción completó en el invierno 1918-1919, se publicó en 1921 en Brenner-Verlag, de Ludwig von Ficker.

Su salud se fue deteriorando y los períodos depresivos le llevaron al borde del suicidio.

Después de su estancia en el sanatorio de Burg Hartenstein, contrajo matrimonio con su colega en la enseñanza María Mizera, aunque era otra amiga, Luise Karpischek, la que le había sostenido y acompañado en sus tareas intelectuales durante veinte años.

Señalar esto implicaba una profunda crítica cultural y una revolución para la vida espiritual de su tiempo.

Sólo así podemos decir que hemos despertado del "sueño con el espíritu" a una relación auténtica con las realidades espirituales.

Para Ebner la tarea del cristiano en este mundo es "ayudar a establecer el reino de Dios" (I,573), atentos a los "signos de los tiempos" como enseña el Evangelio (Mt 16,3), siendo activos "instrumentos" (Werkzeuge) en la misión para la que Dios nos tenga destinados.